martes, 29 de julio de 2008

Chile: El derecho de autor requiere un Trato Justo Para Todos

Claudio Ruiz
Por si usted no lo sabe, en Chile buena parte de la biblioteca para ciegos de Providencia es ilegal. Es ilegal también fotocopiar el libro que compraste para poder subrayar y destacar con colores amarillos ese capítulo que tienes que estudiar para una prueba. Es igual de ilegal comprar un CD de Kudai y pasarlo a MP3 para poder escucharlo en un pendrive. Es ilegal hacer un collage o samples de canciones sin autorización. Es ilegal publicar en tu blog una foto del volcán Llaima que viste en El Mercurio para ilustrar un post. Aunque dejes clarito que quien sacó la foto fue un fotógrafo del diario y no tú. Igual de ilegal es hacer una cita que supere las diez líneas. Sí, leíste bien, diez líneas. Para la legislación chilena de propiedad intelectual hacer reproducciones de obras intelectuales sin autorización (MP3, libros, películas, etc) es ilegal. Sea que lo hagas para vender o que lo hagas para uso personal. Igual de ilícito. Igual de pirata.
Todo lo anterior resulta de aplicar al día de hoy una ley que se redactó antes del año 1970, antes que siquiera se pensara en ver televisión a color. Si bien esta ley ha sufrido varias modificaciones, todas ellas han sido para sobre proteger a los titulares de derechos de autor (más bien a las transnacionales de la música y del espectáculo que a los autores, dado que son ellas quienes detentan estos derechos), aumentando las penas en forma desmesurada frente a las infracciones a la ley y aumentando los plazos de protección de 30 a 70 años luego de la muerte del autor, yendo bastante más allá que los estándares internacionales, entre otras cosas. Para ponerlo en contexto, en Estados Unidos, los 70 años son gracias a una ley llamada por algunos Mickey Mouse Protection Act, que aumentó los plazos para evitar que el ratón Mickey pasara al dominio público. En otras palabras, para proteger los bolsillos de la Disney Corp. y no el de los pobres dibujantes.
Los derechos de autor son derechos que la sociedad le entrega a los autores de una obra para que la exploten comercialmente por un lapso de tiempo. Una vez que expira ese lapso de tiempo, la obra pasa a ser patrimonio cultural común, patrimonio de todos. Lo que es obvio, dado que ninguna obra se ha creado por generación espontánea, todas se crean emulando a otro, mejorando ideas anteriores y utilizando patrones existentes. Los Prisioneros no hubieran existido sin The Clash, y nadie en su sano juicio desearía que Jorge González le pagase un impuesto a Joe Strummer o a Mick Jones. Por eso, una vez expirado el plazo, la obra pasa a lo que se denomina dominio público. Y por eso el derecho de autor no es lo mismo que la propiedad que tiene un músico sobre su guitarra.
Pero si hay una tendencia en el derecho de autor en los últimos cincuenta años ésta es aumentar la protección y eliminar progresivamente las excepciones que benefician al público, tendencia de la que Chile no ha estado ajeno. Por eso llama la atención que en este momento se esté discutiendo una reforma a la Ley de Propiedad Intelectual (LPI) que pretende de una vez por todas restablecer el equilibrio y la cordura perdidas, estableciendo excepciones que permitan funcionar a las bibliotecas, que favorezca a los discapacitados y, en definitiva, que no nos convierta en delincuentes por usar internet. Es una reforma que pretende volver las cosas a su equilibrio. Tomar en cuenta de una vez al público.
Pero aunque ustedes no lo crean, en Chile hay quienes piensan lo contrario .
Donde se aprecia apertura y coherencia, algunos ven violaciones. Donde yo veo equilibrios, algunos ven destrucción. Donde usted ve internet y acceso, algunos ven robo.
Así es como durante los últimos días hemos visto desfilar con pancartas y chapitas a conocidos artistas nacionales como Juan Carlos Duque, Horacio Saavedra, Denisse Malebrán y muchos otros en contra de esta reforma a la LPI. Según ellos, esta reforma privilegiaría a “las grandes empresas de internet” dejando desprotegidos a los creadores. Han armado grupos en Facebook y pagado caros insertos en diarios de circulación nacional. Se han encargado de llenar las casillas de los medios nacionales haciendo saber su enojo por una ley que según ellos se ha hecho a espaldas de los artistas y que llevará a la muerte de la cultura en Chile.
De hecho, montaron una página web -un newsletter, en estricto rigor- donde expresan su malestar exigiendo un TRATO JUSTO para los artistas de Chile con las siguientes palabras
El proyecto de ley de propiedad intelectual que se tramita en el Congreso maltrata a los artistas y autores; destruye sus organizaciones; contradice los hermosos discursos oficiales en favor de la cultura y de las organizaciones ciudadanas; da la espalda a la tradición nacional de apoyo a autores y artistas; abre las puertas a la pillería, el abuso y el dominio sin contrapesos de las grandes empresas multinacionales perjudicando a los creadores; y daña finalmente al país completo porque un país que trata mal a sus creadores se trata mal a si mismo. Tal como está, esta ley no garantiza un trato justo.
El problema, mis amigos, es que ellos están hablando a nombre de todos nosotros, porque todos somos creadores. Desde el momento en el que sacamos una fotografía o cuando escribimos en nuestros blogs. Lo que ellos están exigiendo es un trato justo para algunos. Nosotros debemos exigir un trato justo para todos.
A pesar de lo que ellos dicen, las reformas que están hoy en el Congreso no quieren eliminar a los artistas, quieren entregar derechos al público. No suprime a los autores, sino que integra a los usuarios. No fomenta la piratería, sino que pretende no criminalizar todo lo que hacemos en Internet. No decirte pirata si pasas un CD a MP3. No llamar delincuente a la biblioteca si copia un libro para proteger el original de los ratones o la humedad.
La pelea por un derecho de autor hace rato dejó de ser una discusión de expertos. Tampoco es una discusión entre artistas. Es una cuestión de interés público y que afecta nuestro día a día. Por eso hay que estar atento a lo que pasa en el Congreso y atentos a la desinformación que algunos pretenden imponer en la opinión pública.
Si alguien pide un trato justo para algunos, entre todos digamos que necesitamos un trato justo para todos.

lunes, 28 de julio de 2008

Alternativas: control del conocimiento: de la resistencia a la ofensiva.Defensa de lo ‘común’

Guillermo Zapata
Diagonal


El autor, miembro de Conocimiento Pirata, muestra alguna de las alternativas a la actual situación de control del conocimiento que ejercen tanto gobiernos como grandes multinacionales.
En las últimas semanas se viene hablando de manera intensa en distintos medios de comunicación de la aplicación de nuevas medidas para el control de las redes de intercambio de pares (P2P). Desde las modificaciones en la legislación francesa a las declaraciones del Ministerio de Cultura en torno a la creación de un nuevo “marco jurídico coherente y seguro para la defensa de los derechos de propiedad intelectual” o los últimos acuerdos firmados en el pasado G-8 en Japón, todo parece ir encaminado en una misma dirección : la destrucción de los mecanismos de cooperación entre millones de personas y la distribución libre de contenidos a escala planetaria. Pero lo cierto es que la realidad es más compleja.
No nos llevemos a engaño, los ataques a las redes de pares deben enmarcarse en una estrategia compleja y contradictoria de los diferentes sectores del nuevo capitalismo y sus gestores (sean gobiernos nacionales, entidades supranacionales, empresas o entidades de gestión de derechos) cuyo único fin es la producción de pánico social, en una lógica similar a la de las leyes de extranjería, que permita el control y gobierno de las redes de intercambio.
No se trata de impedir el flujo libre de contenidos, sino de criminalizarlo e imponerle una lógica de escasez que permita su posterior explotación. Se trata de construir un espacio artificial entre la ‘cultura libre’ y la ‘cultura propietaria’ que es la de lo ‘disponible’.
Es decir, la producción de valor a través del gobierno (precarización) de los flujos comunicativos. Inmediatamente después de las declaraciones realizadas por el ministro de Cultura español, el ministro de Industria declaró prácticamente lo contrario. Estos dos sectores del capitalismo escenifican una pelea que, unida a la dificultad para aplicar en términos reales las medidas impulsadas por las distintas administraciones, nos demuestran que lo que se esconde detrás de éstos paquetes de medidas no es más que un intento por producir pánico y reproducir el imaginario que sostiene que el intercambio de ficheros a través de la red es un acto delictivo. La ley no se aplica, las administraciones se pelean y el camino es más sencillo para la imposición de medidas intermedias de todo tipo, desde el pago por descarga a la imposición de impuestos arbitrarios como el canon, etc.
Momento de alternativas
Las iniciativas contra la criminalización del intercambio de ficheros han ido en numerosas direcciones, desde las tecnológicas que proponen la habilitación de sistemas de encriptado, a las que están llevando a cabo colectivos que defienden los derechos individuales y la privacidad en la red como garantes de un acceso a la información y el conocimiento y por supuesto en el uso de software libre y la producción cada vez mayor de material copyleft, etc. Pero la verdadera potencia está en las propias redes singulares de cooperación.
En la pasión por compartir que se distribuye a través de la red. Ésa es la singularidad indestructible. Esa defensa colectiva de ‘lo común’ que se produce cada vez que alguien deja disponible para cualquier parte del contenido de su disco duro. Las leyes van contra esa potencia, no contra la tecnología. El problema es : ¿hasta dónde esa colectividad singularizada puede resistir el ataque ? ¿Cuánta experiencia pueden generar esas redes para defenderse ? La respuesta no puede darse tampoco en el territorio de la implementación de nuevas tecnologías más seguras y más ‘garantes’ de los derechos, es decir, no puede venir de la defensa de lo existente (cada vez más precarizado).Sino de la conquista de nuevos derechos. Conquistar derechos es reapropiarse de lo común, de aquello que es creado siempre a partir de algo, mediante la cooperación y el intercambio, de aquello que intenta cercarse por la lógica del beneficio y eso sólo es posible mediante la composición de movimientos, nuevos territorios de conflicto, etc. De alguna maner

viernes, 25 de julio de 2008

Genéricos: La EGA critica que el ACTA equipare violación de patentes y falsificación

elglobal.net


La aplicación de las propuestas podría impedir la competencia de los genéricos.


La Asociación Europea de Genéricos (EGA) ha criticado la propuesta del acuerdo internacional contra la falsificación en el comercio (ACTA) porque compara la violación de patentes con actividades criminales como la piratería y la falsificación. Aunque la EGA reconoce que la meta de este acuerdo es ayudar a reforzar los derechos de propiedad intelectual globales y proteger a los consumidores de los falsificadores, la asociación se muestra preocupada porque la aplicación de las prácticas que propone podría ser utilizada para impedir la competencia de los medicamentos genéricos.

Las negociaciones del ACTA han sido lideradas por la Oficina de Comercio de Estados Unidos (USTR), la Comisión Europea, Japón y Suiza. Según un comunicado de la USTR, el objetivo es establecer un estándar común a los derechos de propiedad industrial, para combatir las infracciones.
Sin embargo, la EGA piensa que el acuerdo ha ido demasiado lejos y denuncia que el enfoque suprime la distinción entre falsificación y violación de los derechos de patente, situándolos al mismo nivel. La EGA considera que las prácticas propuestas por el ACTA pueden ser abusivas y que los titulares de la propiedad industrial pueden emplearlas contra la competencia legítima de los genéricos.

miércoles, 23 de julio de 2008

Construir Tecnología endógena, un desafio de la Revolución Bolivariana

Orlando Camacaro
Cuando hablamos del desarrollo tecnológico como herramienta fundamental del progreso, en nuestro país no se ha logrado superar la dependencia tecnológica con las transnacionales, la tecnología que poseemos viene de estas empresas multinacionales a través de diferentes vías, en donde las diversas industrias tanto empresas de producción social como las empresas básicas, sector energético, telecomunicaciones, sector militar y empresas privadas dependen y han dependido en gran medida de tecnología foránea, en tal sentido esta dependencia constituye en alguna medida un aspecto particular de dominación neocolonial. Estados Unidos y sus transnacionales abren una nueva etapa histórica.
La Neocolonización a través de la dominación tecnológica, esta dominación tecnológica que las transnacionales ejercen sobre los pueblos latinoamericanos implica un complejo sistema de estructura que favorecen la subordinación en todas sus facetas fortaleciendo su presencia en las economías de la región, a través de mercados financieros, servicios y desarrollo industrial, telecomunicaciones e infraestructuras, y hasta logran meterse en el ámbito político local de cada nación buscando influenciar en decisiones que puedan desfavorecerlos y revertir esta situaciones a su favor.
Hay que recordar como las trasnacionales en diferentes épocas, han trabajado con los gobiernos estadounidense y en complicidad con sectores locales apatridas en derrocamientos de presidentes progresistas latinoamericanos, como fue el caso de Jacobo Arbenz en la Guatemala de 1951-54 y la participación golpista de la empresa norteamericana United Fruit Company o el caso del Presidente Salvador Allende en Chile y la injerencia fascista de la International Telephone and Telegraph Corporation (ITT). Si no logramos, transformar nuestra dependencia tecnológica en una interdependencia endógena con aspectos y aportes técnicos propios, el rezago tecnológico puede convertirse en un hecho irreversible, ya que el principal productor de tecnología es Estados Unidos, este ha logrado interferir en la adquisición de repuestos y compra de equipos en el ámbito militar y ha presionando, a diferentes industrias extranjeras que operan con tecnología gringa, para que Venezuela no pueda adquirir respuestos y equipos militares como fue el caso con las empresas brasileñas y españolas con los aviones y patrulleras.
Nuestras Universidades, actualmente manifiestan poco interés en colaborar con el Estado en pro de utilizar su plataforma tecnológica, es decir no se interesa en desarrollar proyectos tecnológicos en conjunto con el Gobierno Bolivariano, vale mencionar su desconexión con las misiones educativas, barrio adentro y otras misiones sociales: Los actuales rectores y decanos de las principales Universidades del país son opositores abiertos al presidente Chávez y utilizan La llamada autonomía universitaria, para oponerse a las políticas del gobierno Bolivariano.
Para construir tecnología en nuestro país se necesitará pasar por la creación de vínculos en diferentes niveles que transformen la poca motivación de los demás sectores universitarios y científicos, se hace necesario tender puentes que unan grupos universitarios, científicos, académicos, militares, entes públicos y privados, que trabajen en áreas similares, para así avanzar en la construcción de una identidad propia, que reconociendo las diferencias en cada contexto social, ayude a resolver los problemas comunes a la construcción de nuestra propia tecnología. Esta nueva tecnología podrá ser valorada por su papel social en la medida en que quienes las ejercen sean capaces de establecer relaciones distintas con nuestro pueblo.
En una nueva tecnología revolucionaria es necesario reividicar la posibilidad para la sociedad toda, y no solo para los privilegiados, de conocer y reflexionar acerca de la nueva tecnología ya que solo socializando la nueva tecnología alcanzara un carácter plenamente humano. camacaroorlando@hotmail.com

Conocimiento libre, sociedad del riesgo global y ciudadanía cosmopolita

Rafael Casado
Fiap

Conocimiento y desconocimiento son elementos clave para construir comunidades posnacionales donde tengan cabida nuevas formas de acción política y social, capaces de desmercantilizar y liberar la sabiduría colectiva en la Sociedad del Conocimiento y Riesgo Global.
El conocimiento (en el sentido cartesiano del término, es decir, la consciencia de saber que se saben ciertas cosas y, en consecuencia, de que se desconocen otras) es un atributo estrictamente humano que, sin embargo, requiere determinadas condiciones sociales y amplios espacios de libertad para su generación, aprendizaje, interiorización, sistematización, transmisión y aplicación.
El conocimiento es libre por naturaleza y, ciertamente, puede generarse en soledad, pero solo es fecundo dentro de un contexto social porque tiene la capacidad intrínseca de adquirir su máximo valor en tanto se transmite y es compartido de forma libre y abierta . Por eso, cuanta más libertad y sociabilidad, hay más conocimiento, y por eso, también, es una aberración pretender cosificarlo y hacer de él una mercancía privativa orientada al lucro y la exclusión, en vez de considerarlo un patrimonio colectivo de la humanidad. Sostenibilidad del Conocimiento Libre. Pero, si la generación y uso del conocimiento demandan libertad y sociedad, también es cierto que toda sociedad requiere organización, lo que supone inevitablemente admitir ciertas estructuras de poder que, en determinadas circunstancias, pueden limitar o, al menos, condicionar la libertad. A nadie se le oculta que el poder --ya sea político, económico, o de cualquier otra naturaleza-- necesita del conocimiento y que, cuando esa instancia de poder no está suficientemente controlada, acaba privatizando el conocimiento y apropiándose de aquello que es patrimonio colectivo. Ha ocurrido siempre y, lamentablemente, seguirá ocurriendo, pero ahora tenemos en nuestras manos la posibilidad de romper en parte esa dinámica perversa. En efecto, hoy es posible planteárselo en esta modernidad reflexiva y radicalizada que nos ha tocado vivir, donde algunos autores la identifican con la modernización del conocimiento, esto es, con cuestiones de distribución, circulación, consumo y potenciación, y la sustancia y las formas del conocimiento, así como de los conflictos resultantes… En opinión de estos autores (Giddens, Lash, Beck…) la modernización reflexiva es una modernización del conocimiento, mediante la que los fundamentos de la vida y la acción sociales (y, por tanto, también los fundamentos del pensamiento y la investigación sociológicos) se hacen cuestionables, reorganizables y reestructurables . Se empieza a observar, por tanto, el surgimiento de nuevos tipos de conflicto mediante tipos diferentes de conocimiento, que son, simultáneamente, tipos de certeza e incertidumbres. Se trata de volver al fundamento último del conocimiento y replantearse sus sistemas de generación y distribución, cuestionarlos y reorganizarlos en función de la acción social, de la vida y no del mercado. Muchos autores apuestan ya por esta línea, pero, sobre todo, la acción colectiva característica de la red hace imparable esta nueva visión, cuyo objetivo --como venimos defendiendo en fiap desde hace años-- no debe ser otro que la apropiación social del conocimiento. Nuevas formas de conocimiento, nuevos conflictos. El cuestionamiento de las bases del conocimiento que proponemos asienta determinadas certezas pero también trae al primer plano la importancia de sopesar las incertidumbres (riesgos) que se derivan del desconocimiento, particularmente en lo relativo a las posibles nuevas formaciones de clases dentro de la sociedad reflexiva como consecuencia de las fracturas y múltiples estratificaciones sociales que se están poniendo de manifiesto en función del tipo de acceso y uso de las tecnologías digitales. En este sentido, la Sociedad de la Información y las Comunicaciones está sometida a la tensión entre la “ racionalidad comunicativa ” de Habermas y el “ poder discursivo ” de Foucault, y puede observarse cómo, sobre la base de polémicos horizontes cognitivos, morales y estéticos del conocimiento, se negocian y establecen nuevas reglas respecto a qué queda dentro o fuera de la modernidad. En definitiva, cuáles son las nuevas reglas de inclusión o exclusión social en la sociedad cibernética y global del siglo XXI. En este contexto, parece indudable que, no sólo el conocimiento, sino también el desconocimiento y las “consecuencias no deseadas” de muchas de las iniciativas que emprendemos son elementos clave para construir o reconstruir comunidades en torno a la percepción y socialización del riesgo.
Asistimos, por lo tanto, al surgimiento de nuevos conflictos de la mano de los diferentes tipos de conocimiento que, a su vez, constituyen simultáneamente nuevos tipos de certezas e incertidumbres. Sin embargo, no hay motivo para la desesperanza, puesto que éstas pueden convertirse en una poderosa base de comunidad posnacional para la acción política y social, capaz de liberar y desmercantilizar el conocimiento en la Sociedad del Riesgo Global. Hay espacio, por consiguiente, para resolver a favor del Conocimiento Libre los límites hasta ahora impuestos por el poder político y económico que ha venido empaquetando y mercantilizando todo tipo de conocimientos, mediante reglas y normas (patentes, cánones preventivos, derechos de autor, propiedad intelectual, etc.) cada vez más insostenibles. Conocimiento global, ciudadanía global. La sociedad digitalizada y globalizada requiere una nueva cibercultura y una nueva ciudadanía cosmopolita que favorezca la liberación del conocimiento. Lo cierto es que disponemos de mecanismos e instrumentos de acción política y social para eliminar las barreras a través de nuevos movimientos globales y de las comunidades posnacionales.
Iniciativas como Creative Commons y el movimiento o comunidad del SW libre son buenos ejemplos de ello. Pero, más allá de trasladar al movimiento del Conocimiento Libre las libertades y derechos del SW Libre con carácter general, interesa aprovechar las contradicciones que la propia modernización reflexiva del conocimiento genera como otra clase de conocimiento: el desconocimiento.
Se trata, en definitiva, de trabajar para construir una cibercultura basada en una nueva ciudadanía cosmopolita que, a diferencia de los capitalistas globales , esté constituida por ciudadanos globales . Por ello apostamos.
Rafael Casado, sociólogo y presidente de fiap
http://www.fiap.org.es/index.php?option=com_content&task=view&id=842

Los consumidores critican la propuesta de ampliar la protección de los derechos de autor

Efe
La Asociación Europea de Consumidores (BEUC) ha criticado la propuesta de Bruselas de ampliar de 50 a 95 años la protección de los derechos de autor, al opinar que tal medida aumentará los precios y dañará la innovación.Bruselas anunció ayer una propuesta para alargar la propiedad intelectual de las composiciones musicales grabadas y de las grabaciones en sí mismas hasta los 95 años, frente al período de 50 años vigente en la actualidad."Aunque el BEUC reconoce el derecho de los artistas a una protección y remuneración justas, toda extensión de la duración de la protección de los derechos de propiedad intelectual es contraproducente y daña la innovación", indicó la asociación en un comunicado.
La concesión de más licencias a costes más caros aumentará los precios para los consumidores, según la asociación.Para el BEUC, la cuestión de los derechos de los artistas debería solucionarse a través de modelos de negocio innovadores que permitan una remuneración adecuada a los intérpretes y músicos."Es cierto que la protección de los artistas es necesaria, pero la extensión de la duración de protección de los derechos no es en absoluto la solución", añade la nota.
La directora general de la asociación, Monique Goyens, opinó que la propuesta de ampliar la protección de ciertos derechos "da un mensaje erróneo a la sociedad, en un momento en que se deben incitar las tarifas y condiciones de acceso razonables a los contenidos legales y diversificados.

Bar de karaoke pierde primer caso de violación de derechos de propiedad intelectual de China

spanish.xinhuanet.com
BEIJING, 22 jul (xinhua) -- Un tribunal de una ciudad del sur de China impuso a un bar de karaoke una multa de 30.000 yuanes (4.286 dólares) por una violación de los derechos de propiedad intelectual, en el que constituye el primer caso de este tipo en el país asiático, según el rotativo local Diario Legal.
La Compañía de Entretenimiento Haoledi, que gestiona el bar de karaoke mencionado, también tuvo que eliminar tres vídeos de música de su banco de datos, tras ser demandada por la Compañía de Entretenimiento "New Run", con base en Beijing.
La empresa beijinesa de gestión de actuaciones y producción audiovisual presentó la acusación en abril en el tribunal popular del distrito de Chancheng de la ciudad de Foshan, situada en la provincia meridional china de Guangdong.
La empresa "New Run", miembro de la Sociedad de Derechos de Propiedad Intelectual de Música de China (SDPIMCh), sacó un álbum del cantante chino Pang Long en 2007, con 23 vídeos musicales, entre los que se incluían los tres relacionados con el caso.
De acuerdo con el tribunal, la empresa Haoledi no cumplió con su responsabilidad legal de abonar la cuota correspondiente por utilizar estas canciones.
El año pasado, 15 provincias y municipalidades chinas, incluidas Beijing y Guangdong, acordaron recaudar dinero en concepto de derechos de autor por los vídeos musicales utilizados en bares de karaoke, según la Asociación de Productos Audiovisuales de China y la SDPIMCh.
Los operadores de karaoke tienen que pagar a diario una cuota de 12 yuanes (1,7 dólares) por cada habitación que tienen estos establecimientos como consecuencia del uso de materiales audiovisuales, de acuerdo con un aviso emitido en noviembre de 2006 por la Administración Nacional de Derechos de Propiedad Intelectual. La cuota es inferior en las regiones subdesarrolladas del país.
Se estima que China cuenta con 100.000 bares de karaoke, cuyos negocios generan unos beneficios de cerca de 1.000 millones de yuanes.